miércoles, 30 de julio de 2014

El planeta de los simios: confrontación, de Matt Reeves



Tres años después de El planeta de los simios: (r)evolución llega una nueva entrega de la saga que comenzara en 1968 con El planeta de los simios, dirigida por Franklin J. Schaffner y basada en la novela homónima de Pierre Boulle de 1963. Confrontación es su título en las salas de Uruguay, aunque el original es El amanecer del planeta de los simios (Dawn of the Planet of the Apes).

Sobre (r)evolución (leer crítica), entre otros conceptos sobre el rumbo histórico de la saga, tres años atrás destaqué: Rise of the Planet of the Apes, según su nombre original y la determinación de la palabra "rise", supone la presentación de César y su ascensión, rebelión y también su evolución como líder. Asimismo, Rupert Wyatt logra su propósito: desempolvar y refrescar la saga y tomar la base de la historia para construir y bifurcar sus propios argumentos. Pero éste no es su mayor triunfo, sino que en tiempos vertiginosos del cine actual y comercial de Hollywood, repleto de efectos y tecnologías con poco efecto trascendente, aplica con precisión los artificios y pasa la prueba, además de contar con una historia bien narrada y que va por más.

En un relato apocalíptico situado en el eje del tiempo entre el futuro, presente y pasado, las últimas dos películas de la saga se desarrollan en un tiempo actual, aunque tres años después del estreno de (r)evolución varias cosas han cambiado.

El nuevo film cuenta con un prólogo: un montaje narra lo que ha ocurrido con la raza humana desde el final de (r)evolución hasta lo que comenzará en Confrontación. Diez años. Amenaza de extinción, consecuencia de los estragos causados por la “gripe de los simios” creada accidentalmente por científicos (llegaba en los créditos finales del film previo, con la imagen del piloto y la sangre en su nariz).

La película Confrontación es circular: comienza y culmina con un close-up en los ojos del simio César, héroe y eje de estas dos últimas películas. En (r)evolución se desarrolló su rasgo de líder de los simios libertos junto con una precisa narración de su infancia y adolescencia. En Confrontación llega su consolidación como líder, y también como adulto y padre de familia en el bosque Muir de San Francisco, ciudad que se mantiene como escenario.



Con ambos bandos definidos, y en evidente desigualdad de condiciones, un grupo de especialistas se encuentra en el bosque con los primates, amos del hábitat. Malcolm (Jason Clarke) llega con el propósito de hacer funcionar una presa hidroeléctrica que devuelva energía a su gente, sobrevivientes recluidos en un gueto al otro lado del Golden Gate, a kilómetros del bosque. César vuelve a interactuar cara a cara con humanos, tras su experiencia junto a Will y Charles en el film anterior. Interpretado nuevamente por el actor Andy Serkis, la labor es admirable. El encuentro provocará un conflicto macro que se bifurca: de un lado simios y humanos, y del otro una revisión de la evolución de los simios como especie con la determinante presencia de Koba (Tobby Kebbell), aquel que fuera brutalmente torturado por científicos en sus experimentos. Mientras César es el sensato líder respetado por los suyos, la desviación en el comportamiento de Koba es una representación extrema de la rebelión de su especie ante otra que ha causado la catástrofe total. Luego de (r)evolución y las cicatrices en su piel no se le puede culpar por su actitud hacia los humanos, aunque sí por una postura de carácter abusivo hacia los de su especie. Asimismo, el nombre Koba recuerda al nombre de guerra del ruso Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, más conocido por otro de sus seudónimos: Stalin. Pero el conflicto racional y de poder entre jerarquías en esta película evoca más a la tragedia Julio César de William Shakespeare que a la estalinización de la vieja Unión Soviética o al culto a la personalidad de un jefe. La discusión radica en la expansión de una amenaza hacia el orden público propuesto por el líder escogido. Me parecen acertadas las palabras del director Reeves sobre Confrontación: “Es una película donde no hay villanos”.

La comunidad de los simios es el eje del film, en el que los humanos quedan en un segundo plano, sea el grupo de Malcolm en el bosque o los liderados por el exmilitar Dreyfus (Gary Oldman) en el gueto. Este protagonismo es respeto por la narración, más allá que en este elenco no se destaque ningún actor “humano” como lo hiciera John Lithgow en (r)evolución. Una elección de los realizadores que por fortuna se mantiene en esta historia, un contraste que se distingue si se tiene en cuenta lo que le ocurrirá al astronauta George Taylor (en la película de 1968).

Matt Reeves tomó la cámara luego del exitoso paso de Rupert Wyatt en la dirección. Sus antecedentes más próximos a tener en cuenta son las películas Cloverfield (2008), en la que sorprendió a Hollywood por su singular narración “cámara en mano” sobre el paso de un monstruo en la ciudad, y luego en 2010 por su versión estadounidense del film sueco Déjame entrar (Tomas Alfredson, 2008).

Frente a un millonario presupuesto volcado a espectaculares efectos digitales (CGI), lo que prevalece en la película es la continuidad en el proyecto de los guionistas de (r)evolución: Rick Jaffa y Amanda Silver, encargados de haber reflotado la saga con una nueva historia de varios contrastes y aristas que sigue en desarrollo (diferentes comunidades, intercambio de roles, desarrollo de personajes, tratamiento del poder, ecosistema, ausencia de las tecnologías). Dentro de lo visual, se destacan los matices de San Francisco: el verde en el lluvioso bosque Muir, el desolado Golden Gate, la herrumbre en el gueto de los humanos. Notables labores de Michael Seresin en la fotografía y de James Chinlund en el diseño de producción. La música de Michael Giacchino es gradual, respeta los tiempos en la narración y se luce en la batalla final, entre tantas explosiones y un dedicado trabajo de coreografía.

Para destacar: la deslumbrante escena de presentación de los simios durante una cacería en el bosque (mucho más que la gran batalla entre simios y humanos con rifles, ésta menos impactante que la del Golden Gate del film anterior); la escena en la que Koba embauca a dos guerrilleros idiotas; Koba mirando la anárquica multitud parado sobre una destruida bandera de Estados Unidos; los diálogos entre Koba y César, acompañados por las expresiones que logran los actores; el maestro Maurice aprendiendo a leer con el cómic Black Hole (Charles Burns, 2005), una historia de varios paralelismos con esta; los simios trepando de árbol en árbol entre los rayos del sol; los simios debatiendo opiniones en la calma noche entre antorchas encendidas; los simios marchando a caballo de día, y cabalgando y disparando rifles por la noche.

El círculo se cierra y su fin crea un nuevo círculo. El close-up en los ojos de César despierta una pregunta: ¿por qué soy un destino?






Dirección: Matt Reeves. Guion: Amanda Silver, Rick Jaffa y Mark Bomback. Fotografía: Michael Seresin. Música. Michael Giacchino. Montaje: Stan Salfas, William Hoy. Diseño de producción: James Chinlund. Elenco: Andy Serkis, Jason Clarke, Gary Oldman, Tobby Kebbell, Keri Russell. 130 minutos. 2014.


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